A lo largo de cada proceso, he aprendido cuan importante es nuestro bienestar emocional y una buena salud mental. Por ello cada día intento brindar mi mejor servicio a mis pacientes, enfocándome en la terapia cognitivo conductual, donde se basa en nuestros pensamientos, emociones y comportamientos están interconectados y que modificar pensamientos y comportamientos negativos puede conducir a cambios positivos en cómo nos sentimos.

La empatía es una de mis habilidades para comprender y entender el estado emocional de mis pacientes, brindando un ambiente de confianza.

Es una experiencia profundamente enriquecedora y desafiante. Cada sesión ofrece una ventana única a las complejidades de la mente humana y la oportunidad de acompañar a alguien en su camino hacia la sanación y el autodescubrimiento. Una de las lecciones más valiosas es el poder de una conexión genuina y empática. La relación terapéutica es el corazón de la psicoterapia, y ser testigo de cómo el simple acto de escuchar y comprender puede ser transformador para los pacientes es profundamente conmovedor.