Soy psicóloga clínica con vocación por el acompañamiento emocional y humano. A lo largo de mi experiencia, he tenido el privilegio de trabajar con niños, adolescentes, jóvenes y adultos en distintas etapas de su vida, cada uno con historias únicas que me han enseñado y conmovido profundamente.

He acompañado a personas con autismo, TDAH, síndrome de Down, y otras condiciones del neurodesarrollo, así como a quienes enfrentan duelos, crisis emocionales, ansiedad, baja autoestima o dificultades en sus relaciones. Mi trabajo no parte solo de la teoría, sino del corazón; de mirar al otro con respeto, empatía y un deseo genuino de aportar a su bienestar.

Disfruto profundamente cada proceso terapéutico. Creo firmemente que la salud mental es un derecho, y que cada persona merece ser escuchada, acompañada y comprendida sin juicios. Me guío por herramientas de terapias de tercera generación, siempre adaptando el proceso a las necesidades de cada paciente, con creatividad y calidez.

Además, colaboro con familias e instituciones educativas para construir entornos más humanos, inclusivos y conscientes. Mi propósito es claro, pretendo acompañar desde el amor, para que cada persona descubra su valor, fortalezas y capacidad de transformación.

La psicoterapia ha sido un proceso transformador que me ha llevado a un lugar de mayor autoconocimiento y aceptación. A través de la reflexión y la apertura en cada sesión, he aprendido a conectar de manera más honesta y compasiva conmigo misma y con lo que me rodea. Al expresar mis pensamientos y emociones sin reservas, no solo encuentro claridad, sino también un profundo sentido de paz interior. Este viaje me ha permitido reconciliarme con mi ser y con las experiencias que he vivido, abriendo el camino para una vida más plena y consciente.