Desarrollo sobre distintos estatutos de las identificaciones y sus consecuencias. Como asi tambien salidas para estos atolladeros.
Salir de la Discordia
1-El Psicoanálisis y las identificaciones
c.Discordia de las identificaciones/discordia de los discursos
Homero escribe: “la Discordia, insaciable en sus furores (…) la cual al principio aparece pequeña y luego toca con la cabeza el cielo mientras anda sobre la tierra”.[1]
Para Hesíodo, en cambio no hay una sola Discordia, sino dos: “la una digna de las
alabanzas del sabio, la otra censurable. Obran en sentido diferente. Una es funesta; excita la guerra lamentable y la discordia, y ningún mortal la ama; pero todos le están sometidos necesariamente por la voluntad de los Inmortales. En cuanto a la otra, la oscura Nix la parió la primera, y el alto Cronida que habita en el éter la situó bajo las raíces de la tierra para que fuese mejor con los hombres, pues excita al perezoso al trabajo. En efecto, si un hombre ocioso mira a un rico, se apresura a labrar, a plantar, a gobernar bien su casa”[2]
Una discordia que es capaz de arrasar, de engañar con su apariencia, y la otra que genera ambición y empuja a querer tener lo que el otro tiene, y vía la identificación, promueve, según Hesíodo, al trabajo.
El psicoanálisis presenta la discordia en las identificaciones de distinto cuño. Desde Lacan, las identificaciones freudianas se reducen a tres. La identificación primaria es con el padre; prehistórica en relación con el Edipo, momento mítico en el que se incorpora al padre por devoración. En segundo lugar, las identificaciones como formadoras de síntomas, según Freud regresivas, puesto que hay una relación de objeto que es sustituida por la identificación. Es al rasgo único, ya sea del objeto rival o del objeto amado. Se trueca objeto por identificación. Cito a Lacan: " Es muy notable que en este tipo de identificación¸ en la que el yo copia (...) unas veces el objeto no amado, otras veces el objeto amado, pero en los dos casos, esta identificación es parcial, (...) altamente limitada (...) es solamente un trazo único de la persona".
En cuanto al tercer caso de formación de síntoma, que Freud ubica como causa de la tercera identificación, esta va a prescindir del objeto. No hay elección de objeto aquí: “Prescinde por completo de la relación de objeto con la persona copiada”[3]. Es el caso de la chica del internado quien recibe de su amado secreto una carta y reacciona por celos con un ataque. Sus amigas se colocan en la misma situación, porque también querrían tener una relación secreta como tiene ella. La empatía nace como consecuencia de la identificación que se desplaza al síntoma. Freud lo llama “identificación por el síntoma”. Cito a Freud: “Puede nacer a raíz de cualquier comunidad que llegue a percibirse en una persona que no es objeto de las pulsiones sexuales. Mientras más significativa sea esa comunidad, tanto más exitosa podrá ser la identificación parcial, y así, corresponder al comienzo de una nueva ligazón”[4].
¿Cómo se presenta la discordia en las identificaciones?
La discordia en la identificación imaginaria, se presenta a nivel del estadio del espejo. Desde los paradigmas del goce, que construyo J.-A.Miller, es el goce imaginario el que introduce la discordia con lo simbólico. A la altura del Seminario 7, el goce imposible de la Cosa en disyunción con lo simbólico, será lo que se alcanza solo por transgresión. Aquí el deseo se torna problemático, en su carácter de deseo puro. La discordia se presenta en la violencia que implica acceder al goce de la Cosa. El ejemplo es Antígona quien atraviesa vía la trasgresión las barreras del bien y de lo bello. Dice Lacan: "La posición de Antígona se sitúa en relación con el bien criminal(...) veremos que significa una elección absoluta, una elección no motivada por ningún bien."[5]
En el Seminario 8, el agalma es otro nombre del objeto. Esta vez el objeto del deseo, que se presenta en la tercera identificación, respecto del "secreto". "Eso" que todas quieren tener. Es esta otra forma de discordia, que también nos la muestra Alcibíades, cuando entra al Banquete en el que se encuentra Sócrates. Cito a Lacan: “Comenzamos a entrever lo que este αγαλμα {agalma} es: algo que no debe tener poca relación con ese punto central que da su acento, su dignidad al objeto a”.[6] En el seminario sobre la identificación, Lacan hará un recorrido de los distintos estatutos del objeto, y al final introduce el concepto de angustia articulado al objeto. Toma la referencia de Thomas el Oscuro, novela de Blanchot, cito: "Es en ese estado que se sintió mordido o golpeado (...) se parecía más bien a una rata gigantesca (...) no pudo escapar al deseo de devorarla, de traerla consigo a la intimidad (...) la lucha con la horrorosa bestia que se había revelado de una dignidad, incomparables"[7] cómo no leer aquí la presencia del objeto a como real, que será desarrollado en el próximo seminario 10. Dice Miller en su seminario Extimidad: "Es en el hiato de la identidad consigo mismo donde se concibe que el sujeto se identifique. Él se busca, da con una identidad (...) se trata de un índice que se instala en el corazón del ser (...) no hay identificación significante que pueda colmar ese agujero"[8] Esta es la discordia de la presencia del objeto en la identificación y que se muestra, por ejemplo, en la intolerancia respecto del goce del Otro.
¿Cómo salir de la discordia? Quizás por la vía de la identificación al síntoma, que habilite un nuevo destino para el hacer pulsional, despojado de los efectos imaginarios de grupo, y del ideal aplastante. Consistiendo el vacío que implica lo éxtimo, que estando fuera permite estar dentro de la causa psicoanalítica de la orientación lacaniana.
[1]Homero, Ilíada, Canto IV, Violación de los juramentos -Agamenón revista las tropas, 762 A.C,https://www.getafe.es/wp-content/uploads/Homero-Iliada.pdf.
[2] Hesíodo, Los trabajos y los días, Libro I, 700 A.C, www.ladeliteratura.com.uy
[3]Freud, S, Psicología de las masas …op.cit. pág.101.
[4]Ibid.
[5] Lacan, J; El Seminario, Libro VII, La ética del psicoanálisis, (1959-60), Paidós, Bs.As, 1991, pág.289
[6]Lacan, J, Seminario 9 “La identificación”, Clase 24 del 13/6/62, inédito.
[7] Lacan, J, Seminario 9, ibíd. Clase 26 del 27 de junio de 1962, inédito.
[8]Miller, J.-A; Extimidad, Paidós, Bs.As, 2010,pág.33