Me considero empática, abierta y profundamente comprometida con el bienestar de los demás. Soy alguien que cree en la importancia de la conexión genuina y en el poder de la escucha activa, lo que me permite crear un espacio seguro donde las personas se sientan cómodas para explorar sus pensamientos y emociones. Mi enfoque en la vida es holístico: creo que cuerpo, mente y emociones están profundamente interconectados, y es a través del equilibrio y la integración de estos aspectos que podemos alcanzar un mayor bienestar.

Como especialista, mi estilo es integrativo, lo que significa que adapto mi enfoque terapéutico a las necesidades y particularidades de cada paciente.

Uno de los mayores cambios que he experimentado a nivel personal es una mayor autocomprensión y autoconciencia. En la terapia, al igual que con mis pacientes, aprendí a explorar mis emociones, creencias y patrones de comportamiento, lo cual me ha permitido hacer ajustes importantes para vivir de forma más equilibrada. En mi caso, la psicoterapia me ha ayudado a fortalecer mi resiliencia emocional, a gestionar mejor el estrés y la ansiedad, y a tomar decisiones más alineadas con mis valores y objetivos.

Como profesional, la psicoterapia también me ha enseñado a mantener un equilibrio entre la empatía y la objetividad, lo cual me permite estar plenamente presente para mis pacientes sin perder de vista la importancia de ofrecerles herramientas concretas para su crecimiento. La experiencia clínica ha fortalecido mi capacidad para crear un espacio seguro y confiable, donde los pacientes puedan explorar y procesar sus pensamientos y emociones sin sentirse juzgados.