Sostengo la empatía como pilar fundamental en cada proceso terapéutico. Considero que brindar un espacio de escucha activa, donde la palabra de cada persona sea validada y respetada, es esencial para favorecer el bienestar emocional y el desarrollo personal, desde un enfoque integrativo. Creo en la fuerza del vínculo terapéutico como motor de cambio, y en el valor de cada historia como punto de partida para construir nuevos sentidos.

El espacio terapéutico que propongo se basa en una escucha activa, empática y libre de juicios. Mi compromiso es acompañar a cada persona desde el respeto por su singularidad, reconociendo que cada proceso es único y que las necesidades de cada consultante merecen una atención personalizada. Trabajo desde un enfoque integrativo, adaptando herramientas según las necesidades y el motivo de consulta de cada consultante. El objetivo es brindar recursos que favorezcan el autoconocimiento y el bienestar emocional, en un entorno seguro y respetuoso.

Uno de los mayores aprendizajes que me proporcionó iniciar un proceso psicoterapéutico fue el de reconocer y escuchar mis emociones con mayor claridad. Descubrí que, al validar mis sentimientos, podía comprenderme mejor y, desde ese entendimiento, poner en práctica herramientas valiosas para gestionar los desafíos y adversidades que se presentan en la vida.

Sin embargo, lo más hermoso de ello fue que, en ese espacio de reflexión y crecimiento personal, descubrí mi vocación. Comprendí qué es lo que verdaderamente me apasiona y da sentido a mi vida.