Establecer hábitos asertivos permite tomar decisiones conscientes y saludables que fortalecen el bienestar físico, emocional y mental, contribuyendo a un estilo de vida equilibrado y sostenible.
La sociedad esta arraigada en un proceso equívoco, exigen demasiado a lxs niñxs cuando lxs adultos ofrecen escasamente el 30% de su tiempo a lxs mismxs. La modernidad apresurada y tecnológica ha generado gran controversia. Asimismo, se han olvidado del verdadero valor de las cosas. Desplazan a un lado el afecto y tiempo de calidad con lxs más pequeñxs, olvidándose en sí, que ellxs son el presente y futuro de la sociedad.
Esto despierta el interés en las redes de apoyo intrafamiliares y sociales para un desarrollo asertivo dentro de cada etapa de crecimiento, permitiendo establecer bases sostenibles sobre herramientas oportunas para un estilo de vida saludable.
Durante años el Consumismo nos ha vendido la felicidad como un plato del día. Se han inculcando en el individuo desde temprana edad, Ideologías, Creencias y Estereotipos Sociales; estableciendo un patrón repetitivo durante generaciones definido como: culminar estudios básicos y profesionales, trabajar, pareja perfecta, constituir un hogar y ser "felices para siempre". Una idea bastante cómica y totalmente aislada de la cruda realidad que debe enfrentar cada persona diariamente frente a su entorno Biopsicosocial.
Hablar sobre felicidad implica definir un tema de carácter esquemático y poco concreto. Es importante que comprendamos que la felicidad es meramente un estado subjetivo dentro del cual ser humano se identifica conforme el a momentos. recuerdos, percepciones, metas, proyectos, objetos, representaciones, personas y dificultades atravesadas durante los años de supervivencia del mismo; desarrollando a su vez un estímulo de agrado y satisfacción a nivel personal que varía de acuerdo al estado anímico de quien la posee.
Resulta paradójico y poco convencional poder responder a una pregunta tan sencilla pero compleja a la vez cuando se trata de describir quiénes somos y qué objetivos tenemos en nuestra vida. Es habitual pretender cumplir estándares sociales y presiones de nuestro entorno que te presionan a encajar como piezas de un rompecabezas en un estereotipo repetitivo, carente de sentido y lo suficientemente estresante y caótico para impedir que goces de una vida tranquila.
¿Ahora bien, como puedes identificar si estas en modo supervivencia en lugar de tener un bienestar en tu vida? ¿Tu realmente estas siendo consciente de cada acción que realizas? ¿Te cuesta identificar tus cualidades y potencial para poder obtener los objetivos que te propones? Estas y más preguntas hacen parte de las crisis existenciales que te puedes cuestionar cuando atraviesas situaciones adversas en tu día a día. Y es que está bien replantearnos una idea, querer empezar a transitar otros caminos, alejarte de personas, lugares y contextos que no son saludables para ti. Está bien colocar limites, tener conversaciones incomodas, priorizarte tú, Esta bien no Estar bien. Se vale equivocarse, aprender y levantarse nuevamente para renacer de las cenizas como el ave fénix. Se vale tener una montaña rusa de emociones y dudar de lo que quieres. Se vale empezar tarde, buscar ayuda, cuestionar tu existencia. Pero se vale aún más reconocer que no te encuentras solo en medio del caos y que tú eres la mayor herramienta de cambio a la que puedes acceder una vez te descubras como persona y reconozcas que somos imperfectamente humanos.
Si le preguntamos a una persona «¿Cuál es el significado de la vida?», quizá le cueste responder. Porque la mayoría de la gente no se plantea la pregunta ni trata de hallarle una respuesta. Es cierto que la pregunta es tan antigua como la historia humana y que en nuestra propia época los jóvenes -y también quienes ya no lo
son- a menudo se interrogan de pronto: «¿Pero para qué sirve la vida? ¿Qué significa la vida?» Podemos afirmar, sin embargo, que solamente se hacen estas preguntas cuando han sufrido una situación adversa. Mientras que todo va bien, mientras que no surgen ante las personas pruebas difíciles, jamás formularán esas interrogantes.
Existen tantos significados dados a la vida como seres humanos hay, y, como ya hemos indicado, quizá cada significado supone algún margen de error. Nadie posee el significado absoluto de la vida, y podemos afirmar que cualquier significado que resulte útil por completo no puede ser estimado absolutamente erróneo. Todos los significados son variedades entre estos dos límites y perspectivas de acuerdo a quien está transitando en su propia vida. Entre tales variedades, sin embargo, podemos distinguir unas que responden mejor y otras no tanto.
En conclusión, el consumismo actual ejerce una presión significativa sobre el bienestar humano, prometiendo una felicidad materialista que, en realidad, contribuye a la insatisfacción psicológica, problemas de salud física y una menor calidad en las relaciones sociales.
El ciclo de adquisición constante no solo agota los recursos naturales, sino que también genera un vacío emocional, ya que la valía personal se equipara con las posesiones materiales, perpetuando un estado de ansiedad e insatisfacción crónica.
Recuerda: ¡Es de VALIENTES Pedir AYUDA!