MÁS ALLÁ DE LA TRAICIÓN SEXUAL: COMPRENDIENDO LAS NUEVAS FORMAS DE INFIDELIDAD EN LA PAREJA

Autor: Viviana Ibarra , 24/09/2025 (180 vista)
Separaciones y pérdidas, Relaciones, Traición, Emociones y sentimientos, Actitud ante el dinero, Celos
MÁS ALLÁ DE LA TRAICIÓN SEXUAL: COMPRENDIENDO LAS NUEVAS FORMAS DE INFIDELIDAD EN LA PAREJA

Más allá de lo sexual, la infidelidad puede ser financiera, digital, emocional o de proyectos de vida. Entenderla desde la psicología es clave para sanar y reconstruir.

Cuando escuchamos la palabra “infidelidad”, la mayoría piensa en la traición sexual o en el involucramiento romántico con otra persona. Sin embargo, en el mundo actual y en el consultorio clínico, se observa que existen otras formas de infidelidad que, aunque no incluyen contacto físico, tienen la misma capacidad de dañar la confianza, el apego y la seguridad dentro de una relación de pareja.

Desde el enfoque cognitivo-conductual (TCC), se entiende que la percepción de traición activa pensamientos automáticos negativos, creencias disfuncionales y emociones intensas como miedo, ira o tristeza. A nivel conductual, puede llevar a la evitación, al distanciamiento o a comportamientos impulsivos que complican aún más la dinámica de pareja. Por otra parte, cuando la persona ha vivido experiencias de abandono, violencia o engaño en el pasado, la infidelidad actual puede convertirse en un desencadenante traumático. En esos casos, el enfoque informado en trauma se vuelve indispensable, ya que no se trata solo de lo que ocurrió en la relación presente, sino de cómo revive heridas pasadas y activa respuestas de lucha, huida o congelamiento.

Las principales formas de infidelidad que se han identificado son las siguientes:

1. Infidelidad financiera

Aparece cuando uno de los miembros de la pareja oculta información relacionada con ingresos, deudas, inversiones o gastos importantes. Aunque muchas veces se minimiza (“no es tan grave como una infidelidad sexual”), el impacto es profundo porque el dinero representa seguridad, futuro y corresponsabilidad en los proyectos compartidos. En terapia, se exploran las creencias detrás de estas conductas, como “yo administro mejor que él/ella” o “si le digo, me va a juzgar”. Con la TCC se trabajan pensamientos alternativos y se entrenan habilidades de comunicación clara y acuerdos económicos conjuntos.

2. Infidelidad digital

La tecnología ha abierto una nueva ventana de riesgos. Esta forma surge cuando uno de los miembros dedica tiempo y energía emocional a interacciones en redes sociales, aplicaciones de mensajería o incluso consumo de material íntimo en secreto. Puede no existir contacto físico, pero sí un desplazamiento de la atención, de la intimidad y de la complicidad hacia un espacio externo. Desde el enfoque cognitivo-conductual, se analiza la función de esta conducta: ¿es evasión de los conflictos en la relación?, ¿es búsqueda de validación externa?, ¿es una necesidad de novedad no expresada en la pareja? Identificar esto permite diseñar estrategias que sustituyan el patrón digital por formas saludables de conexión.

3. Infidelidad emocional

Aquí el engaño no es sexual, sino afectivo. La persona comparte confidencias, temores, logros y sueños con alguien más, dejando a la pareja fuera de ese espacio íntimo. Muchas veces la víctima expresa que “me duele más que se lo contara a otra persona que si hubiera sido un encuentro físico”. La carga traumática es alta, porque el abandono emocional revive memorias de rechazo o invisibilidad. Desde la perspectiva informada en trauma, se busca reconstruir la seguridad: validar el dolor, reconocer el vacío que generó y entrenar a ambos en habilidades de conexión emocional dentro de la relación.

4. Infidelidad de proyectos de vida

Es menos reconocida, pero tiene un impacto enorme. Se presenta cuando uno de los miembros toma decisiones trascendentales —tener o no hijos, mudarse, emprender un negocio, cambiar de carrera, migrar a otro país— sin consultarlo con la pareja. Aunque no haya terceros, existe una ruptura en el pacto implícito de construcción conjunta. La persona que se siente excluida percibe la acción como una traición a los acuerdos y sueños compartidos. La TCC ayuda a identificar pensamientos rígidos como “mi proyecto vale más que el tuyo” o “no necesito incluirte en mis decisiones” y los reemplaza por habilidades de negociación y resolución de problemas en pareja.

Todas estas formas de infidelidad tienen un punto en común: rompen la confianza, generan inseguridad y activan memorias de dolor. No se trata de quién tiene la culpa, sino de cómo la pareja puede enfrentar el impacto, comprenderlo y decidir si desean reconstruir o separarse.

Desde un enfoque cognitivo-conductual e informado en trauma, el proceso terapéutico implica:

Validar la herida: reconocer que el dolor es real, sin minimizarlo.

Identificar patrones: descubrir los pensamientos, emociones y conductas que mantienen el ciclo de distanciamiento.

Fortalecer la comunicación: aprender a expresar necesidades, límites y acuerdos con claridad.

Promover la regulación emocional: enseñar técnicas para manejar la ansiedad, la ira o la tristeza que surgen en el proceso.

Reconstruir la seguridad: crear nuevos significados y pactos dentro de la relación, siempre respetando el ritmo y la historia de cada persona.

Comprender las infidelidades más allá de lo sexual abre la posibilidad de trabajar en relaciones más conscientes, donde la confianza no se da por sentada, sino que se cuida y se nutre en cada decisión, cada interacción y cada proyecto compartido.

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