Sanar el duelo: cómo la música conecta emociones y guía el camino

Autor: Kelly Carmona , 24/06/2025 (278 vista)
Emociones y sentimientos, Separaciones y pérdidas, Autoidentificación, Sentido de la vida, Desarrollo personal
Sanar el duelo: cómo la música conecta emociones y guía el camino

Un viaje en carretera que descubre cómo la música puede ayudarnos a expresar nuestro dolor o, en cambio, distraernos del verdadero proceso de sanación. Una invitación a escuchar tu cuerpo, tus emociones y tu historia.

¿Hacia dónde vamos cuando solo seguimos el ritmo de la música?

Un viaje, una lista de canciones, y una conversación interna que no quise callar.

 

Un viaje en carretera que me habló del duelo

El otro día viajábamos en carretera desde Medellín hasta Rionegro. Iba manejando mi suegro, y de copiloto estaba mi cuñada. Ella estaba atravesando un duelo amoroso y llevaba el control de la música. Después de 30 minutos viajando, noté que la lista de canciones eran de despecho: letras que hablaban de abandono, vacío, olvido.

Ella estaba dándole lugar a sus emociones, a través de la música.

Pude ver su dolor expresado a través de esas letras.

Y en lugar de juzgar, elegí ponerme en su lugar.

Pensé: ¿Cómo me sentiría yo si la persona que amo me dice, con palabras y con hechos, que ya no me ama?

Y sentí... lo sentí profundamente.

 

¿Está mal sentir en público? Claro que no

En medio de ese viaje familiar, mi cuñada estaba siendo auténtica. No fingía alegría. No se disfrazaba con una sonrisa. Estaba viviendo su dolor, y eso es valiente. Me pareció profundamente humano y necesario que tuviera ese espacio donde no necesitara ponerse máscaras.

 

Cuando la música se convierte en un espejo

Lo que escuchamos también moldea lo que sentimos

En medio de esa comprensión, surgieron preguntas:

¿Es este el mejor espacio para transitar esta emoción?

¿Qué tanto lo que escuchamos moldea la forma en la que sentimos y procesamos?

Al regreso, la música cambió: reggaetón, frases vacías, ritmos pegajosos.

Y entonces algo dentro de mí se desconectó.
Me di cuenta de que el ambiente me estaba sacando de mi centro.
Sentí que me alejaba del presente con propósito que quiero construir.
Y entonces me pregunté:

 

¿De verdad estamos sanando o solo evitando el silencio?

Llorar con las canciones que cuentan las historias de otras personas, puede sentirse como catarsis.

Pero también puede ser una forma de evitar el silencio que tanto necesitamos para escuchar nuestras emociones reales.

¿Estoy expresando… o distrayéndome?

¿Estoy dejando salir el dolor… o dejando que me controle?

¿Estoy construyendo mi historia o repitiendo la de alguien más?

 

Jesús también habló del cuerpo y la luz interior

Recordé algo qué dice la Biblia sobre la dirección emocional y espiritual del cuerpo.

“Los ojos son la lámpara del cuerpo. Si tus ojos están sanos, todo tu cuerpo tendrá luz. Pero si están enfermos, todo tu cuerpo estará en oscuridad.” Mateo 6:22

Y entendí algo:

La dirección importa más que la velocidad.

Podemos avanzar rápidamente por la vida, consumir contenidos, pasar de una emoción a otra, llorar con música, reír con memes...

Pero si esa dirección no nace de una intención espiritual y emocional, lo que hacemos es repetir ciclos de oscuridad sin saberlo.

 

Entonces… ¿Cómo vivir un duelo con intención?

💭 No se trata de no llorar.

💭 No se trata de evitar la música.

💭 No se trata de negar el dolor.

Se trata de elegir con conciencia:

  • ¿Qué mensajes dejo que entren a mi alma?
  • ¿Qué palabras repito en mi mente?
  • ¿Estoy alimentando la sanación o solo sobreviviendo?
  • ¿Estoy buscando la verdad… o solo consuelo momentáneo?

 

Dios no nos llamó a entretener el dolor

En mi constante búsqueda de ordenar mi narrativa interna a través de la escritura, este momento fue una puerta.

Una experiencia simple —un viaje en carretera, una playlist ajena— se convirtió en el detonante perfecto para explorar lo que mi cuerpo sentía, lo que mi fe cuestionaba y lo que mi mirada terapéutica necesitaba nombrar.

Porque a veces, lo que creemos que nos está ayudando a sanar, simplemente nos está entreteniendo en medio del dolor.

Y cuando eso sucede, escribir se convierte en un acto de honestidad, un diálogo íntimo donde puedo escuchar lo que a veces callo, sentir lo que el ruido intenta silenciar y discernir lo que necesito transformar. 
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Dios no nos llamó a entretener el dolor, sino a sanarlo desde la raíz.

Nuestro cuerpo siempre estará tentado por placeres de cualquier tipo (es nuestra naturaleza), y muchas veces esos placeres se vuelven el mejor pretexto para decirnos:

“no sé cómo escuchar mis emociones”.

No escuchar lo que sentimos nos lleva al CAOS.
Pero el caos no es enemigo.

Ya sea que tomemos la decisión de conocernos profundamente o que elijamos la ruta contraria de la evitación, la negación o el desplazamiento emocional, de igual forma llegamos ahí. 
Y justo ahí, el Espíritu Santo nos consuela.

Porque Dios transforma lo caótico, lo desordenado y lo rebelde… si tan solo le damos lugar en nuestra historia.

Si te resonó esto, te espero en @kephalaia, donde comparto reflexiones que nacen desde lo más profundo del alma.

Con amor, Kelly.

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