Soy una persona sumamente sensible, me parece increíble poder escuchar a las personas, leer el libro de su vida que cada unx te presenta, me gusta brindar la atención que merece cualquier ser humano al hablar sobre lo que lx conforma.

El psicoanálisis ha llegado para acompañarme día con día, me ha enseñado que hablar y escuchar eso que se habla de una forma más profunda puede dar mapas, encontrar raíces, aclarar cimientos. “Habla lo que se te venga a la mente y no lo pienses mucho”.

La música, la pintura, la fotografía, el baile me acompañan en mi trayecto con mucho cariño y placer.

Llevo de la mano mi análisis personal, el trabajo en el diván y también al mismo tiempo el acompañamiento y supervisión de casos clínicos es algo importante desde mi posición para impartir clínica y escucha a los consultantes.

El psicoanálisis me ha hecho analizarme profundamente día con día, poder darle un poco de tránsito a todo eso que de pronto pasa y no tiene explicación de tan fuerte que puede ser, también, me hace recapitular mis experiencias desde la infancia hasta el presente y poder darle un poco de voz a mi vida anímica con esto mismo, saber que hay cosas importantes que luego se suprimen como defensa y justo son las que nos dan los síntomas, ruidos, que piden ser escuchadas; el psicoanálisis mueve cosas y con esto uno poco a poco puede trabajar de forma más profunda en su vida y ocuparse de actos, pensamientos, situaciones, decisiones. El psicoanálisis me ha enseñado la importancia de que apalabrar y hablar tienen respuestas, en el cuerpo, en lo anímico, en la psique.