Creo que la diversidad es una característica de lo humano, a la par de que tenemos el derecho a vivir una vida plena, en igualdad y libre de violencias, de ahí que para mí es muy importante la incorporación del enfoque de género y derechos humanos en el acompañamiento a las personas. Es primordial que en la intervención psicoterapéutica, la persona terapeuta tenga un amplio conocimiento de estos temas, a la par haberlos trabajado en sí misma, para deconstrir y reconstruir de forma constante cómo el género le atraviesa, de forma que esta compresión desde la propia experiencia, permita que sus intervenciones no sean revictimizadoras en el espacio terapéutico. Es primordial para temas como: el ejercicio de la maternidad, de la paternidad, la crianza, la orientación sexual, la vivencia de la propia identidad, las violencias en diferentes espacios: hogar, trabajo, espacio público, etc.; relaciones familiares, la vivencia y comprensión de la autoestima, de la autonomía, entre más temas.

A la par, el enfoque de psicoanálitico relacional, es el otro eje fundamental en mi acompañamiento psicoterapéutico. Pienso que el que tengamos ejes bases que soportan nuestro trabajo como psicoterapeutas, no limita el que nos aproximemos a nuevas disciplinas y conocimientos que aporten a una mayor comprensión de la complejidad de lo humano, de ahí que soy una persona curiosa y con apertura a cuestionar los propios saberes.

El acompañamiento en el espacio psicoterapéutico, es algo que ha incidido en mí para ver las similitudes que tenemos, más allá de las diferencias. Darme cuenta, que en esencia tenemos mucho parecido: somos seres relacionales, emocionales. Acompañar a otras personas en sus procesos, ha sumado en mí para tener una empatía más profunda, ser conciente de la gran responsabilidad que tenemos de acompañar otras personas con un nuevo espacio donde pueda tener la oportunidad de relacionarse desde otros lugares, más seguros, empáticos, amorosos. Y sí, desde estos aprendizajes, poder crearse nuevas formas de vivir, más plenas. Ser psicoterapeuta, para mí es una labor que ha sido y es de profunda transformación personal y satisfacción, de la cual estoy muy agradecida.