¡Hola!

Soy Irene, tu Psicóloga y acompañante terapéutico.

Mi carrera profesional ha ido evolucionando junto a mi vida personal y aprovecho toda mi experiencia vital para poder ofrecer un mejor acompañamiento a las personas usuarias de mis servicios. Por ello, a lo largo de estos años, me he especializado en Psicología Clínica y de la Salud para evaluar, diagnosticar, explicar, tratar, modificar y prevenir las anomalías o los trastornos mentales o cualquier otro comportamiento relevante para los procesos de la salud y enfermedad, en que éstos puedan tener lugar”.

Creo profundamente en que la formación académica y la experiencia acumulada son pilares fundamentales para desarrollar mi trabajo. Sin embargo, estoy convencida de que la mejor manera para empatizar con las personas que acuden a mí, es haber transitado experiencias similares en primera persona o en mi entorno cercano.

Entiendo las dificultades del día a día para conseguir ese tiempo extra para acudir a terapia, conciliar la vida personal y familiar, así como las dificultades de accesibilidad para el gran colectivo de personas con alguna discapacidad. Por estos motivos ofrezco mis servicios de forma online en la plataforma que funcione mejor para cada uno, como zoom o la videollamada de whatsapp.

Gracias a los avances tecnológicos puedes realizar tus citas desde cualquier lugar del mundo, en la comodidad de tu casa, tu alojamiento vacacional o tu sitio de trabajo. Haré todo lo posible para adaptarme a tus horarios y que puedas permitirte el acompañamiento que necesitas sin que supongan una nueva causa de estrés.

¡Estaré encantada de poder acompañarte en la construcción de tu bienestar!

Siempre me ha fascinado “El sanador herido”, una figura arquetípica de la relación terapéutica, donde el “terapeuta” ejecuta el arte de curar más allá de un método o una terapia puntual, involucrando todo su ser en ese acto y empatizando con la herida del paciente que le rememora y activa su propia herida devolviéndole así su percepción, de modo que paciente y terapeuta se “pasan” sus roles haciendo fructíferamente sanador el dolor de ambos.

El sanador lo es, porque sana, pero a su vez está herido, lo cual constituye una paradoja existencial que se encarna en cada persona, tanto en la que busca curar su dolor como en la que ofrece curación.

Es así como agradezco infinitamente a mis terapeutas por ayudarme y acompañarme a ser una sobreviviente del trauma logrando la recuperación de mi vida.

Ahora continuo mi labor.