Tres lecciones aprendidas sobre reparación ética en psicología.

Autor: Antonio Rojas Hinojosa , 02/07/2025 (184 vista)
Emociones y sentimientos, Depresión, Pensamientos obsesivos, Autoestima, Ataques de pánico
Tres lecciones aprendidas sobre reparación ética en psicología.

En la actualidad resulta importante considerar el hablar sobre ética, desde el abordaje que se puede efectuar para reparar los daños ocasionados en personas que se ven expuestas a través de señalamientos y críticas digitales.

Abordar la ética en psicología es un tema profundo. Algunos lo asociarán de inmediato con el famoso Código Ético del Psicólogo, publicado por la Sociedad Mexicana de Psicología (2010) y que actualmente se encuentra vigente en México. Por ello, es indispensable mencionar que tanto la Federación Nacional de Colegios, Sociedades y Asociaciones de Psicólogos de México, A.C. (FENAPSIME, 2018), así como la Asociación Mexicana de Alternativas en Psicología, también han formulado sus versiones de códigos de ética.

La ética es fundamental para un ejercicio profesional responsable. Además, se debe entender como un mecanismo para regular la conducta, basado en preceptos conceptuales sobre el bien y el mal que se adquieren a través de la moral.

Sin embargo, en la actualidad, el uso de las redes sociales ha dado paso a una situación que merece ser analizada: el empleo de las denominadas "funas". Estas se han utilizado para exhibir públicamente a individuos, incluidos psicólogos y otros profesionales, por situaciones particulares.

Este fenómeno es inquietante, no solo por originarse en eventos expuestos por particulares, sino también porque involucra a otros profesionales que, al sumarse a estas manifestaciones, ignoran los principios éticos. Su participación desvirtúa la calidad profesional y no considera el impacto que estas interacciones pueden generar.

Sobre mi historia…

El título de este escrito, al mencionar "críticas públicas", puede resultar llamativo. Inmediatamente evoca el concepto popular de "funas", con el que estamos tan familiarizados debido al constante uso de las redes sociales.

Mas allá de señalar una problemática social actual, en la cual, cualquiera nos podemos ver expuestos, ya sea de manera directa o indirecta por personas con las cuales hemos interactuado en algún momento de nuestras vidas o bien con los famosos anónimos, que, desde esa virtud, causan afecciones sin contemplar el alcance de sus actos.

Siendo un personaje que constantemente está en búsqueda de nuevas áreas de conocimiento, estas situaciones, me han brindado la oportunidad de profundizar en esta problemática social, así como de comprender mejor el impacto que puede conllevar en quienes resultan afectados por estas prácticas.

Pretendo establecer un abordaje más integral, dejando de lado actores que no tienen relevancia en este momento, sin el afán de brindar escenarios donde volver a manifestar señalamientos de odio, acoso y escarnio público.

Profesionalmente, tres principios me han ayudado a crecer. Aunque siempre estuvieron presentes en mi vida, no había tenido la oportunidad de vivenciarlos en carne propia para ser consciente del impacto que pueden tener en la vida humana, especialmente en relación con una problemática social actual.

  • Aceptación /Aceptación radical: Aunque pueda sonar simple, este principio es un valor relevante dentro de las denominadas terapias de tercera generación o contextuales.

La aceptación no es resignación ni aprobación del malestar. Más bien, se refiere a la disposición de experimentar pensamientos, emociones y sensaciones incómodas o dolorosas sin intentar controlarlas, evitarlas o juzgarlas. Desde la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) se enseña a los pacientes a "hacer espacio" para sus emociones difíciles, viendo sus pensamientos como eventos transitorios ("solo palabras") en lugar de verdades absolutas o amenazas.

Por otro lado, desde la Terapia Dialectico Conductual (DBT) en su módulo de tolerancia al malestar, introduce el concepto de Aceptación radical. Esto implica aceptar la realidad tal como es, sin juzgarla ni luchar contra ella, lo cual es crucial para reducir el sufrimiento innecesario.

Cuando uno se ve expuesto en redes sociales —ya sea por una publicación, un comentario, una respuesta inapropiada u otro evento que pueda ser motivo de exhibición, burla o crítica— es común lidiar con sensaciones y pensamientos incómodos, especialmente sobre uno mismo.

  • Resilencia: Es un concepto que asociamos a psicología.

Se refiere a la capacidad de una persona, grupo o comunidad para afrontar, adaptarse y recuperarse de situaciones adversas, traumáticas o estresantes, e incluso salir fortalecido de ellas. No se trata de evitar el sufrimiento o las dificultades, sino de tener las herramientas internas para gestionarlas y seguir adelante.

Ante eventos estresantes o traumáticos como la exposición en redes sociales, ya sea por una "funa" o por la difusión de contenido íntimo, ¿quién no se ha sentido preocupado por cómo superar esa situación incómoda?

  • Compasión: Este principio, que juega un papel importante en las terapias de nueva ola, fomenta una actitud de bondad, comprensión y cuidado hacia uno mismo, especialmente en momentos de dificultad o sufrimiento. Además, en el marco de la Terapia Centrada en la Compasión (CFT), su objetivo principal es regular las emociones y hacer frente a la autocrítica y la vergüenza mediante el desarrollo de la autocompasión.

¿Quién no ha experimentado una situación incómoda, no solo por la exposición ante los ojos y la crítica de los demás, sino también por el juicio propio, la autocrítica o la vergüenza?

A través de estos principios, basados en el abordaje de las Terapias de Nueva Ola, Tercera Generación o Contextuales, he integrado un proceso que me ha permitido reparar las afecciones causadas por situaciones de malestar e incomodidad. Esto ha facilitado la reestructuración de nuevos procesos metacognitivos y la eliminación de patrones de rumiación que generaban desgaste cognitivo y dificultaban mis actividades diarias.

Conclusiones

Con este escrito, he querido presentar brevemente mi proceso de reparación y resiliencia. La intención no es la revictimización, sino exponer una vivencia que me ha permitido profundizar en un área de estudio sobre una problemática social actual que puede afectar a cualquier persona, sea o no profesional de la psicología, y que me ha servido para capacitarme a fondo desde el abordaje de mi propio proceso.

Actualmente, es crucial abordar la problemática de las críticas o denuncias públicas, conocidas como "funas". Este es un asunto que debe tratarse de manera integral, ya que su impacto afecta tanto la moral de la persona expuesta como su contexto. Por lo tanto, se requiere un abordaje psicológico, jurídico-legislativo y médico.

Sin embargo, la legislación en el estado de Puebla permite este tipo de prácticas al excluir la difamación como delito en su marco jurídico. Además, el contexto de las redes sociales, sustentado en la libertad de expresión y el anonimato, dificulta la impartición de justicia en casos donde las "funas" se basan en señalamientos sin sustento ni veracidad.

Por esta razón, es necesario replantear la revisión de la legislación y la jurisdicción aplicables a estos escenarios. También se debe contemplar una postura neutral ante estas denuncias públicas, apelando a la necesidad de veracidad y al debido seguimiento por parte de las instancias correspondientes, para así evitar ser parte del problema y de las consecuencias que este pueda generar.

Por otro lado, es indispensable mencionar que el hecho de que otras instancias formulen sus propios códigos de ética para psicólogos revela una clara necesidad de actualizar los códigos de ética existentes y adecuar sus cláusulas. Se requiere un consenso general que permita la aplicabilidad unificada de un código federal de ética profesional.

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