tu "Ser Bestial" y tu "Ser Racional"; ambos coexisten en ti, pero la clave para tomar decisiones acertadas está en aprender a gobernarlos.
Imagina este momento: estás en medio de una discusión con alguien importante para ti. Las emociones se disparan, las palabras salen sin filtro, y cada frase es como un golpe en un duelo sin tregua. De pronto, sientes el impulso de gritar, de defenderte, de atacar… pero algo dentro de ti decide detenerse. Respiras profundo, reflexionas y eliges responder con calma. Esa simple acción cambia el rumbo de la conversación. No sólo evitas el conflicto, sino que fortaleces el vínculo.
Esa batalla interna es algo que todos vivimos, aunque muchas veces no le ponemos nombre. Yo lo llamo el enfrentamiento entre tu "Ser Bestial" y tu "Ser Racional". Ambos coexisten dentro de ti y son esenciales, pero la clave para tomar decisiones acertadas está en aprender a gobernarlos.
El "Ser Bestial" es esa parte de nosotros que responde al instante, sin filtro, desde el instinto. Este comportamiento es producto de nuestro sistema límbico, una región cerebral primitiva que controla las emociones y las respuestas de supervivencia. La amígdala, en particular, juega un papel central: es el centro de alarma del cerebro, encargada de detectar amenazas y activar respuestas rápidas como la ira, el miedo o la huida (LeDoux, 1996).
Por ejemplo, imagina que alguien te insulta. Antes de que siquiera proceses lo que ocurrió, la amígdala ya activó tu cuerpo para defenderse. Esto es útil en situaciones de peligro real, pero en la vida cotidiana, estas reacciones impulsivas suelen ser desproporcionadas y pueden generar conflictos o decisiones que lamentamos.
La investigación de Denson et al. (2009) demostró que las personas con una amígdala hiperreactiva tienden a tomar decisiones agresivas en momentos de estrés. Esto explica por qué, cuando dejamos que nuestro "Ser Bestial" tome el control, las emociones nos gobiernan, llevando a consecuencias negativas.
En contraposición, el "Ser Racional" representa la capacidad de analizar, reflexionar y decidir conscientemente. Esta parte de nosotros habita en la corteza prefrontal, la región más evolucionada del cerebro. La corteza prefrontal nos permite regular las emociones, evaluar opciones y planificar nuestras acciones (Goldstein, 2014).
El psicólogo Daniel Kahneman, en su libro Thinking, Fast and Slow (2011), describe este contraste como la lucha entre el "Sistema 1" (rápido, automático y emocional) y el "Sistema 2" (lento, deliberado y lógico). Cuando activamos nuestro "Ser Racional", podemos pausar el impulso inicial y tomar decisiones basadas en la razón, no en el arrebato emocional.
Estudios como el de Ochsner et al. (2002) sobre reestructuración cognitiva demuestran que entrenar la corteza prefrontal mediante técnicas específicas puede reducir la intensidad de las emociones negativas. En términos simples, cuanto más ejercitas tu "Ser Racional", más fuerte se vuelve para liderar tus decisiones.
En mi práctica como psicoterapeuta cognitivo-conductual, ayudo a mis pacientes a identificar, comprender y dominar estas dos fuerzas internas. Mi proceso terapéutico no sólo te entrena para reaccionar de manera más consciente, sino que te equipa con herramientas científicas para tomar decisiones que transformen tu vida.
Respiración diafragmática y contención emocional:
El primer paso para calmar al "Ser Bestial" es aprender a detener la reacción impulsiva. La respiración diafragmática activa el sistema nervioso parasimpático, disminuyendo la intensidad emocional (Porges, 2001). Entreno a mis pacientes a identificar las señales físicas de estrés —como el aumento del ritmo cardíaco o la tensión muscular— y a intervenir a tiempo para recuperar el control.
Identificación de emociones y causas detonantes:
Una vez calmados, trabajamos en reconocer las emociones presentes. Usamos preguntas como:
Evaluación de opciones y sus consecuencias:
Aquí entrenamos lo que llamo "toma de decisiones basada en consecuencias". Antes de actuar, analizamos: ¿Qué opciones tienes? ¿Qué resultados podrían generar? Esta técnica no sólo te ayuda a prever los efectos de tus decisiones, sino que fortalece tu capacidad para priorizar objetivos a largo plazo.
Flexibilidad cognitiva para ajustar decisiones:
La vida no siempre sigue un guión perfecto. Por eso, enseño a mis pacientes a evaluar los resultados de sus decisiones y a adaptarse si algo no sale como esperaban. Esta flexibilidad cognitiva es clave para aprender de los errores y seguir avanzando (Diamond, 2013).
Este proceso no es sólo terapéutico; es transformador. Mis pacientes no sólo mejoran su inteligencia emocional, sino que adquieren herramientas prácticas que impactan positivamente en sus relaciones, su desempeño profesional y su bienestar general.
Tu vida es el resultado de las decisiones que tomas todos los días. Cada vez que eliges pausar, reflexionar y actuar desde tu "Ser Racional", estás construyendo un futuro mejor. No importa cuánto tiempo hayas vivido gobernado por tu "Ser Bestial"; siempre puedes cambiar.
¿Te imaginas poder enfrentar cualquier situación con calma y confianza, tomando decisiones que reflejen tus verdaderos valores y objetivos? Esa vida no es un sueño, es posible, y puedo ayudarte a lograrla.
En terapia, encontrarás un espacio seguro, técnicas personalizadas y un proceso probado que te ayudará a conquistar tu mente y transformar tu vida. Escríbeme y da el primer paso hacia tu mejor versión.
El cambio está en tus manos. ¿Estás listo para empezar?
Referencias
- Diamond, A. (2013). Executive functions. Annual Review of Psychology, 64(1), 135-168. https://doi.org/10.1146/annurev-psych-113011-143750
- Denson, T. F., Pedersen, W. C., Ronquillo, J., & Nandy, A. S. (2009). The angry brain: Neural correlates of anger, angry rumination, and aggressive personality. Journal of Cognitive Neuroscience, 21(4), 734-744. https://doi.org/10.1162/jocn.2009.21051
- Goldstein, E. B. (2014). Cognitive psychology: Connecting mind, research, and everyday experience (4th ed.). Cengage Learning.
- Kahneman, D. (2011). Thinking, fast and slow. Farrar, Straus and Giroux.
- LeDoux, J. (1996). The emotional brain: The mysterious underpinnings of emotional life. Simon & Schuster.
- Ochsner, K. N., Bunge, S. A., Gross, J. J., & Gabrieli, J. D. (2002). Rethinking feelings: An FMRI study of the cognitive regulation of emotion. Journal of Cognitive Neuroscience, 14(8), 1215-1229. https://doi.org/10.1162/089892902760807212
- Porges, S. W. (2001). The polyvagal theory: Phylogenetic substrates of a social nervous system. International Journal of Psychophysiology, 42(2), 123-146. https://doi.org/10.1016/S0167-8760(01)00162-3