En este artículo te comparto con palabras simples todo sobre la comparación, vas a aprender qué hacer cuando te comparas con otras personas para que dejes de salir perdiendo, o al menos te sea útil y no sólo frustrante.
Compararse con otras personas es algo todas hacemos, muchas veces sin darnos cuenta. Puede pasar mientras estás en Instagram, conversando con alguien o simplemente caminando por la calle. Y no está mal en sí mismo: compararse puede ayudarte a descubrir qué cosas valoras o deseas, ayuda a construir nuestra identidad. Pero cuando esa comparación te deja con angustia, frustración o tristeza… entonces vale la pena hacer una pausa y mirar más profundo.
Estás en Instagram y ves la foto de tu compañera de secundaria luciendo su día de gym (si, las mayoria de las comparaciones de las mujeres es respecto al cuerpo) te detona y empieza el diálogo mental: (suele ser algo asi...)
"¿Cómo hace? y si, ella tiene tiempo, tiene un trabajo que le permite hacer eso. Y si, es más disciplinada. Maldita, Ahhgg la odio.
Seguro que sólo fue a sacarse la foto... (🐍)
¿Y yo? No me comprometo... nunca puedo." (déjame en los comentarios qué otros pensamientos se te vienen)
Primero: ¿qué son y de dónde viene las comparaciones? Las comparaciones surgen de un proceso mental en el que nos evaluamos respecto a la otra persona según nuestros deseos, lo que es importante para nosotras, lo que queremos, lo que consideramos éxito, lo que aprendimos con nuestras experiencias familiares, etc. Y justo por esto es que es una mirada distosionada, no estás teniendo en cuenta todos los hechos.
Muchas veces, lo que vemos en redes sociales es solo una parte de la historia: los logros, las fotos bonitas, los momentos felices. Pero lo que no vemos, lo imaginamos. Y ese espacio lo llena nuestra mente con inseguridades injustificadas, ya que claramente no conocemos toda la historia. Así aparece el famoso “ella sí puede”, “ella lo logró y yo no”, “ella es más bonita”, “más exitosa”, “más delgada”.
Porque sí, compararte no habla tanto del otro… sino de ti misma. Cada vez que te sientes menos, que algo te duele o te incomoda al mirar a alguien más, hay una parte de ti que está pidiendo atención. Es una buena oportunidad para observarte con más honestidad y cuidado.
✅Hazte estas preguntas para reflexionar:
Ahí es donde la comparación se vuelve trampa. Dejas de mirarte con cariño y comienzas a medirte con una vara ajena e inventada por tus creencias erróneas (y muchas veces irreal). A veces, incluso compites con una versión idealizada de ti misma: la mujer que “deberías” ser, según lo que aprendiste o lo que crees que el mundo espera.
✏️ Pero antes de seguir torturándote con tus reclamos y autocríticas te dejo estas reveladoras preguntas para revisar:
Cuando no llegas a ese ideal, es fácil sentir que no eres suficiente. Esa herida de insuficiencia duele. Hace que pienses que no haces lo suficiente, que no eres tan buena, que estás fallando, a veces es tan intenso que hace que te sientas perdida y drena toda tu energía, robándote la motivación. Y ¿en serio crees que esto es justo? ¿crees que vale la pena?
También puede aparecer la envidia, esa emoción incómoda que muchas veces tratamos de ignorar. Pero si en vez de rechazarla, la escuchas… puede revelarte algo muy valioso. Tal vez te esté señalando un deseo olvidado, una necesidad descuidada o una parte tuya que quiere expresarse. No ignores tus emociones, inlcuso de las que sientes vergüenza. Sentir envidia es muy humano, y es claro que algo quiere decirte, no dejes pasar la oportunidad de entender ese mensaje.
Por último, y esta parte es la más valiosa, si ya pasó el filtro de preguntarte si realmente quieres eso pero todavía se resiste a desaparecer, aprende a usar la comparación a tu favor.
Compararte no es el problema. El problema es cómo lo haces y desde dónde lo haces. Si te sirve para castigarte o criticarte, te vas a sentir cada vez más pequeña. Pero si lo usas como una herramienta para conocerte mejor, puede abrirte puertas.
¿Y cómo logras eso?
👉Fácil, con este ejercicio que te dejo a continuación.
Piensa en una situación reciente donde te comparaste con alguien y eso te hizo sentir mal.
Escribe:
Ahora cambia el foco:
🌸 Recuerda: compararte con otra no tiene por qué ser una forma de castigarte. Puede ser una forma de despertar.
La comparación más justa es la que haces contigo misma: con quien eras antes, con lo que has superado, con lo que estás intentando construir. Ahí sí hay un crecimiento real, desde el amor y no desde la exigencia.
✨ La comparación puede ser un espejo. Pero para que te sirva, necesitas mirarte con honestidad, con compasión, y con la certeza de que lo que ya eres tiene valor, incluso cuando estás en proceso.
1. La comparación es un proceso mental que nos ayuda a contruir nuestra identidad pero está sesgada por nuestras experiencias.
2. La comparación nos genera emociones que tienen un mensaje para nosotras. Escucharlo nos hará entender qué necesitamos.
3. Puedes usar la comparación a tu favor si reflexionas sobre ello, pregúntate si realmente quiere eso y si la respues es si, entonces preparate para alcanzarlo.
Espero que este artículo haya sido útil para ti y que haya dejado alguna reflexión en tu mente.
Te mando un abrazo virtual.
Jennifer ✨