El Laberinto Interior: Entre Sentimientos, Emociones y Pensamientos

Autor: Mauricio Alejandro Durán Serrano , 22/1/2024 20:46:34 22/1/2024 20:46:34 (62 vista)
El Laberinto Interior: Entre Sentimientos, Emociones y Pensamientos

Exploramos profundamente sobre la compleja interrelación entre sentimientos, emociones y pensamientos, cuestionando paradigmas filosóficos y psicológicos, y abogando por una integración más completa para comprender y abordar la naturaleza humana.

¿Cuál es la naturaleza de un sentimiento? ¿Cómo definimos un pensamiento? ¿Por qué a lo largo de la historia se han considerado como fuerzas opuestas? ¿Cuáles son las distinciones cruciales entre un sentimiento y una emoción? ¿Por qué resulta tan desafiante cambiar nuestros pensamientos mediante meros argumentos o evidencia científica? En las próximas líneas, exploraré diversas perspectivas para abordar estas interrogantes, con el objetivo de analizar su impacto en nuestras relaciones interpersonales, en los procesos de aprendizaje y en nuestra vida cotidiana.

 

Los Matices de Sentimientos, Emociones y Pensamientos: Diversas Perspectivas Definitorias

Para comprender la complejidad de los sentimientos, es esencial comenzar desentrañando la naturaleza de las emociones. Martha Nussbaum, una erudita que ha investigado profundamente los orígenes filosóficos, sostiene que las emociones son juicios de valor que las personas formulan en relación con: (1) otras personas; (2) ciertos objetos; o (3) situaciones específicas. Estas evaluaciones, según Nussbaum, escapan al control humano pero se consideran fundamentales para el desarrollo personal. Desde otra perspectiva, Clotilde Sarrió concibe las emociones como manifestaciones de sensaciones físicas. De acuerdo con esta visión, las emociones se originan en las sensaciones corporales, un concepto que se ilustra fácilmente al observar a un bebé expresando sus necesidades a través del llanto ante sensaciones como la falta de alimento o la incomodidad debido a un pañal sucio. En este sentido, el bebé, al carecer del lenguaje verbal, utiliza el llanto como medio para comunicar sus estados emocionales, que pueden incluir tristeza, enojo o desesperación.

Por otro lado, los sentimientos se configuran como el producto de una emoción que ha transitado a través del filtro del pensamiento. Es decir, mientras las emociones representan respuestas automáticas o instantáneas, los sentimientos requieren un proceso reflexivo previo. En este sentido, es imperativo definir el concepto de pensamiento, entendido como una actividad mental que posibilita la generación de razonamientos, la creación de conceptos, la generalización y la resolución de problemas mediante el manejo mental de información, como datos, hechos o elementos. El pensamiento permite la representación simbólica y abstracta de la realidad. Desde la perspectiva convencional de la psicología, se considera un proceso cognitivo, etiquetado como "superior" y exclusivo de los seres humanos, dependiente a su vez de la percepción y el aprendizaje. Esta afirmación, según se explorará en este texto, es un hilo conductor que merece ser cuestionado.

En cuanto al término "emociones", es relevante señalar dos aspectos: 1) No existe consenso sobre la cantidad exacta de emociones, con investigadores proponiendo números que varían, desde 4 hasta 10 emociones principales, algunos dividiéndolas en primarias y secundarias. 2) Martha Nussbaum, por su parte, parece no establecer una distinción clara entre emociones y sentimientos. A pesar de ello, por fines prácticos, se abordará una diferenciación entre ambos, considerando que, para Nussbaum, las emociones son análogas a los sentimientos. Respecto al número de emociones, no es crucial alcanzar un consenso, ya que no impide la comprensión de lo que ocurre en la práctica y en la vida cotidiana.


¿Es el pensamiento un proceso cognitivo exclusivo y superior de los seres humanos, como a menudo se afirma?

La filósofa y politóloga Martha Nussbaum cuestiona esta noción al explorar estudios psicológicos y antropológicos que sugieren la presencia de ciertos tipos de pensamiento en animales no humanos. La capacidad causal, temporal y posicional, presentes en estos animales, desafía la percepción tradicional de la supremacía cognitiva humana. Un ejemplo intrigante es el estudio de "blobs", células gigantes de Physarum polycephalies, un tipo de moho, que demostraron habilidades de razonamiento en un experimento sobre la propuesta del muro fronterizo entre México y Estados Unidos.

Este experimento, ideado por el filósofo experimental Jonathon Keats, buscaba que los "blobs" ofrecieran una solución creativa al conflicto. Sorprendentemente, los "blobs" sugirieron la ausencia de un muro, desafiando las expectativas y abogando por la apertura de fronteras en correspondencia con la experimentación. Los científicos involucrados incluso comunicaron sus hallazgos a la Secretaría de Seguridad Nacional de Estados Unidos y a la ONU, proponiendo una perspectiva sin fronteras para el beneficio de todos.

A pesar de estos indicios de pensamiento no humano, persiste la pregunta: ¿por qué las personas a menudo no confían exclusivamente en la razón para resolver conflictos? Desde la perspectiva de enfoques psicoterapéuticos como la Gestalt o la Comunicación No Violenta, se sugiere que las emociones juegan un papel crucial. Aunque los argumentos puedan ser sólidos, las emociones arraigadas pueden obstaculizar cambios de perspectiva. Surge así la hipótesis de que explorar nuestras emociones primero puede ser fundamental para flexibilizar nuestras acciones y decisiones. Esta propuesta se apoya en investigaciones de la Asociación para la Ciencia Psicológica y en las reflexiones previas. En el próximo segmento, se abordará detalladamente este artículo.

 

¿Qué hay acerca de la versión de que tenemos tres cerebros?

En el artículo "Tu cerebro no es una cebolla con un pequeño reptil adentro", escrito por Joseph Cesario, David Johnson y Heather Eisthen, se desafía la concepción ampliamente aceptada en psicología, propuesta por MacLean, que presenta el cerebro humano como un órgano con tres capas concéntricas: instintiva, emocional y racional. Según este modelo, las partes más antiguas se asocian con lo instintivo, mientras que las más evolucionadas corresponden a lo racional, fomentando enfoques erróneos en la investigación psicológica.

Los autores, respaldados por diversas fuentes bibliográficas y estudios en biología evolutiva, critican la persistencia de estas ideas en la psicología moderna. Una revisión de textos introductorios a la psicología entre 2009 y 2017 revela que el 86% de ellos perpetúa esta imprecisión. Argumentan que esto conlleva problemas como la promoción de teorías incorrectas, la negación de la capacidad de pensamiento y emoción en animales, y el desplazamiento de la atención hacia ciertas áreas cerebrales en la investigación psicológica.

Los autores rechazan la teoría del cerebro "triuno" de MacLean, señalando que sigue el principio obsoleto de la scala naturae, considerando la evolución como una única cadena de seres descendientes. En cambio, abogan por entender la evolución desde la perspectiva de diferentes ramas de ancestros comunes, demostrando la complejidad de los sistemas nerviosos y habilidades cognitivas en diversas especies, como pulpos, insectos, tiburones y aves.

Destacan que no es correcto asumir que cerebros más grandes o estructuras neuronales complejas conducen a comportamientos más avanzados. La noción de un cerebro reptiliano, emocional y racional se revela como incorrecta. Investigadores han identificado la presencia de neocórtex en todos los vertebrados, no solo mamíferos, y señalan que estructuras vinculadas a la razón no son exclusivas de los humanos. La discusión se centra en el tamaño de estas estructuras y cómo afectan la profundidad de pensamientos y emociones en diferentes animales.

En el ámbito de la psicología, la perspectiva de procesos duales sugiere que el pensamiento puede moderar reacciones intuitivas e instintivas. Sin embargo, los autores argumentan que la impulsividad debe entenderse como una respuesta adaptativa en contextos inestables, desafiando la noción de que lo emocional o instintivo es más "primitivo" que lo racional. En lugar de ver la impulsividad como un fracaso moral, se destaca su función adaptativa ante situaciones problemáticas.

 

Enfrentando las Emociones y los Pensamientos: Más Allá de la Brecha Racional

Las perspectivas presentadas por el equipo de investigadores liderado por Joseph Cesario encuentran eco en las reflexiones de Martha Nussbaum, quien resalta la influencia persistente de la concepción estoica de los filósofos en nuestra sociedad actual. Los estoicos abogaban por distanciarse de las emociones, considerándolas perjudiciales para el ser humano. Su enfoque se centraba en el dominio y control racionales sobre las emociones internas, independientemente de las circunstancias externas, una visión que parece resonar en la psicología positiva y la inteligencia emocional contemporáneas, que buscan superponer pensamientos y emociones positivas sobre las negativas.

Esta división entre lo "racional" como algo "superior" y lo "emocional" como algo "inferior" ha permeado visiones patriarcales que, durante siglos, han sugerido que los hombres deben inclinarse hacia lo racional en busca de superioridad, relegando las emociones a un papel secundario. No obstante, Nussbaum argumenta que estas divisiones están más arraigadas en la tradición que en la razón misma. Integrando las investigaciones de Cesario y colegas, surge la afirmación de que no existe necesariamente un "divorcio" entre emoción y razón, y que la razón no es inherentemente "superior" a las emociones, la intuición o lo instintivo.

Desde la perspectiva de Nussbaum, las emociones están intrínsecamente imbuidas de pensamiento, definiéndolas como juicios sobre la realidad. Esta concepción se conecta con la definición de sentimientos previamente presentada, donde los sentimientos atraviesan el proceso del pensamiento. El problema con la persistencia de la visión estoica hasta nuestros días radica en que aquellos considerados los únicos animales racionales y emocionales son los más propensos a ocultar sus emociones y necesidades. Nussbaum señala que este comportamiento implica aprender a rechazar la vulnerabilidad propia y percibir las necesidades como fuentes de vergüenza, erigiéndose en animales orgullosos de mantener a raya su propia vulnerabilidad.

 

Conclusión y Reflexiones Finales

Los líderes de la investigación, encabezados por Cesario, instan a los psicólogos a abandonar las teorías que separan emociones del razonamiento y lo instintivo. En concordancia, Nussbaum aboga por la exploración plena de todas las emociones como clave para una vida más satisfactoria, reconociendo la influencia de normas culturales, religiosas y socioculturales en su expresión y vivencia. Ante esto, propongo una nueva visión desde la educación emocional, donde los sentimientos y las personas no sean etiquetados, sino vinculados a las necesidades para una vida más plena.

Nussbaum señala que las emociones, placenteras o displacenteras, se experimentan tarde o temprano, expresándose incluso cuando se intentan contener. La falta de expresión emocional, especialmente de las emociones displacenteras, conduce a desequilibrios en diversos niveles. Es crucial reconocer que, solo con la razón, no se puede persuadir a Trump de abandonar su proyecto del muro en la frontera entre E.U. y México, ya que cuestiones emocionales subyacen en sus motivaciones. La razón no siempre puede "controlar" las emociones ni fomentar la "inteligencia emocional" a voluntad.

¿Qué necesidades emergen cuando experimentas molestia, incomodidad o enojo? Razón y emociones, emociones y razón. A veces se trata de mediar, comenzando con la emoción para luego llegar a la razón; otras veces, es necesario razonar primero y luego transformar actitudes o mediar con las emociones después de haberlas expresado. La razón nos ayuda a diferenciar el problema de las personas, pero sin abordar primero nuestras emociones, ventilándolas y sanándolas, es difícil diferenciar a las personas del problema.

Al querer abordar solo desde la razón, tendemos a vincular la identidad de las personas con los problemas, generando conflictos adversariales que alimentan la violencia en nuestras sociedades, como el caso del muro de Trump. Cualquiera que sea el problema que Trump busca resolver, no debería asociarse directamente con la identidad de las personas, ya que estas son etiquetas creadas que se han adherido a ciertas identidades preferidas. Hay mucho por discutir aún.

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Mientras tanto, te dejo un abrazo pendiente hasta nuestro próximo encuentro virtual.

 

Referencias

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